La mitad de los habitantes de Sudán del Sur vive sin saber cuándo tendrá su próxima comida.
Hojas de los árboles y frutas silvestres recogidos cada vez más lejos de las zonas pobladas. Esta es la única alternativa para muchos habitantes de Sudán del Sur que ya no tienen mucho más para sobrevivir. Se trata de un país donde casi seis millones de personas sufren inseguridad alimentaria, por culpa del conflicto armado y por la grave crisis económica que les está estrangulando. Los actores humanitarios ya no dan abasto, tanto por las dificultades logísticas en llegar a todos los rincones del país, como por el grave agujero financiero provocado por unos donantes que cada vez confían menos en un país donde la corrupción está al orden del día político. La gente come hojas y quienes más lo pagan son los viejos y los niños, que a menudo sufren problemas de indigestión o una malnutrición tan severa que ONGs como Médicos sin Fronteras advierten que el país roza ya los niveles de emergencia. Si a todo esto se le añade una guerra aún latente, con violaciones, ejecuciones y destrucciones constantes, cuesta creer que la humanidad haya decaído a estados tan paleolíticos…
Comments