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un vestido rasgado por las risas
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Sara no para de reír. Y de saltar, jugar, cantar y abrazar. Es una niña y, como tal, su madre le deja disfrutar de los mejores momentos de su infancia. Con plena libertad. Hasta el punto de que durante la sesión fotográfica se rasga el traje de su primera comunión. ¿Qué importa? Sus risas bien lo valen.
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