Fatima Abaker es conocida popularmente como Tata. Ella es una de las más populares tatuadoras de henna del Sudán, la extendida práctica que imprime sobre la piel una sustancia vegetal que perdura bastante semanas.
Establecida en Darfur, los servicios de Tata no sólo son requeridos en su propio país, sino también en los Emiratos y en Arabia Saudí. Y es que su creatividad en el arte de tatuar las mujeres musulmanas es envidiablemente avanzada.
Tata sabe lo que hace y lo demuestra cuando posa para una sesión fotográfica. Mostrando su arte a través de su propia piel, también reivindica sus valores culturales y explica que la belleza femenina y la seducción pueden explicarse en un idioma different al que estamos acostumbrados a consumir masivamente en prensa y televisión.
El lenguaje de Tata se basa en esa mirada, en ese movimiento y en aquella seriedad que la hacen digna de culto. No se trata de quedarse con poca ropa, ni forzar una sonrisa estúpida, ni sacrificar el cuerpo al gusto de los cánones impuestos. Sino que más bien se trata de seducir con sinceridad, algo francamente más difícil.