Hay un proverbio Chino que dice que dando un pez a un hombre le alimentas por un día, pero enseñándole a pescar le alimentas para toda su vida. Es un dicho más que popular y sobre-utilizado, pero ayuda nuevamente a entender la importancia que tiene un buen concepto de lo que es la ayuda humanitaria. Desde hace más de un año, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) tiene un proyecto en Darfur que consiste en organizar pequeños mercados de productos básicos (azúcar, harina, aceite, huevos, cereales…) que sus beneficiarios obtienen canjeando los tickets que la organización les da. Los que «venden» estos productos no son responsables del PMA, sino comerciantes locales que después de distribuir los alimentos que ellos mismos compran a los ganaderos y agricultores de la zona, cambian los tickets que han obtenido por una suma de dinero previamente acordada con el PMA. Se trata de un mecanismo que a la vez de asegurar la alimentación básica a los más necesitados, contribuye a la consolidación y crecimiento de la economía local. Actualmente en el norte del Darfur hay más de 200.000 personas que se benefician de esta inciativa (la mayoría en campamentos de desplazados) y el éxito que ha tenido permitirá extenderla a otras zonas. Es cierto que esto no sustituirá nunca la distribución directa de alimentos a zonas de emergencia (que desgraciadamente siempre habrá) pero es una contribución a romper con el tópico de que la ayuda humanitaria sólo crea más necesidad.
