Es un libro técnicamente complejo, no sólo para el autor, sino también para el lector. Este conjunto de relatos contiene una minuciosa lista de detalles que los hacen casi perfectos, incluso creíbles, pese a tratarse de completas ficciones. Es necesario leer Ficciones con concentración, para no perder el hilo y para asegurarse de que uno no queda perdido entre tal complejidad.
Sin lugar a dudas, el mejor cuento (también considerado así por el propio Borges) es el último, Sur, que relata [atención SPOILER] la desdicha de un hambriento lector que pierde la razón por culpa de un golpe fortuito. Relatos imaginarios, fantásticos, policíacos, irreales... surcan por el libro y lo hacen rico.
Sin embargo, tal complejidad me reprime de etiquetar este libro como uno de mis favoritos. Quizás debería hacer, como aconsejan los críticos, releerlo.
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