«Que sea discapacitado no significa que sea estúpido», dice Salahdin Abderrahman Khissan, un joven ciego de 17 años originario de Korma, en el Darfur (Sudán). Puede parecer que está afirmando lo obvio, pero Salahdin está convencido de que la sociedad del Darfur todavía tiene un largo camino por recorrer en la comprensión de las necesidades reales de los discapacitados.
A pesar de su ceguera, Salahdin estudia Psicología en la Universidad de El Fasher y confía en licenciarse con éxito. «La mayoría piensa que somos incapaces de hacer frente a los retos y asumir responsabilidades», denuncia.
Salahdin es un claro ejemplo de superación personal. Hace años, huyó de su ciudad a causa del conflicto armado y actualmente vive en el campamento de desplazados de Abu Shouk con su familia. Cada mañana va a la universidad en transporte público. Su único apoyo es un bastón. «He recibido una buena formación sobre cómo usarlo y ahora ya no necesito ayuda de mis familiares», dice con orgullo
En la universidad, él no puede confiar en libros ni bolígrafos ni ordenadores. Los materiales en Braille no están disponibles en el Darfur. La solución está en una vieja audio grabadora que le ayuda a repasar lo que se dice en clase.
«A veces tengo problemas cuando la grabadora falla o se queda sin batería» , admite. Pero aunque parezca que todo va en su contra, este joven estudiante ya ha superado el primer semestre. «Los exámenes orales son la única concesión que me dan en la universidad», añade.
En la consecución de su título de psicólogo, Salahdin dice que se ve a sí mismo como un líder responsable en desarrollar una actitud más sensible hacia la gente con capacidades diferentes en la sociedad de Darfur. Esta es la forma en que prevé su futuro y está listo para asumir cualquier obstáculo en el camino hacia la realización de su sueño.
Dice que es muy consciente de que el conflicto del Darfur hace que los discapacitados vivan un obstáculo aún mayor que en muchos otros países, pero este joven valiente se niega a usar este hecho como excusa para el fracaso. «Las leyes que protegen a las personas con discapacidades ya están aprobadas en el Sudán «, nos recuerda. » Sólo tenemos que presionar para su ejecución».
Cada año, el 3 de diciembre, se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidades para poner de relieve los problemas que enfrentan y reconocer sus contribuciones en un mundo en el que no sólo están marginados y privados de sus derechos, sino que también están cuestionados por la ignorancia y la discriminación.