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No, no vamos bien

Presentan la Muestra Gastronómica de les Garrigues en medio de una crisis productiva, de luchas y despoblamiento. Y pocos lo mencionan,

Restauradores de la comarca durante la última presentación. © Albert González Farran

La Muestra Gastronómica de les Garrigues es una iniciativa de mucho recorrido. 29 años en los que el consejo comarcal ha insistido en ofrecer a la sociedad una propuesta gastronómica mezclada con experiencias turísticas donde el aceite virgen extra, el que se hace en Les Garrigues, es el principal protagonista. Como concepto, es todo un éxito consolidado.

Hace pocos días, políticos y técnicos presentaron de nuevo este proyecto a los medios de comunicación. Pero hay que recordar que el contexto es francamente distinto al de hace tres décadas y me da la sensación de que se obvió en exceso. Desconozco si es necesario reformular la iniciativa o, al menos, advertir que su modelo está en medio de una grave crisis que, o se afronta con valentía, o acabará destrozándonos.

Sólo cinco restaurantes participan en la Muestra de este año, una cifra que supera todos los récords por la parte baja. El año pasado ya se reconoció un primer bajón con sólo ocho restaurantes. Y es que en tiempos antes de la pandemia, los participantes llegaron a ser quince. ¿Qué ha pasado? Pues que en Les Garrigues cada vez quedan menos restaurantes de nivel. Están cerrando. Tanto por el ahogamiento económico que sufren como por la evasión de talentos y jóvenes emprendedores, la comarca se está despoblando a marchas forzadas.

A esto le añadimos la mala campaña del aceite que se prevé por segundo año consecutivo. La sequía y el calor están reduciendo las expectativas a un 15% menos que el pasado ejercicio. El aceite se está convirtiendo en un bien demasiado preciado tanto para consumidores como para productores.

Y si estos dos frentes no fueran suficientes, Les Garrigues sufre un tercero que se arrastra de muchas décadas atrás. El consejo regulador de la Denominación de Origen hace tiempo que protege el nombre de la comarca e impide a los no inscritos su uso. Este hecho ha provocado últimamente tantas denuncias y multas que ha obligado a los dos bandos a sentarse y negociar una salida amistosa. Pero de momento, tal y como están las cosas, se dan circunstancias tan sorprendentes como las de Albium, el molino privado del Albi que acogió el pasado viernes la presentación de la 29 Muestra Gastronómica y que también tiene prohibida la utilización del término "Garrigues" en sus publicaciones y canales de comunicación. Incluso para decir que ellos fueron los anfitriones de esta presentación pública.

Obviar este contexto no hará desaparecer los problemas que sufre la comarca. Es más, si no se afrontan con sinceridad y se buscan soluciones inmediatas y efectivas, terminará relegándonos a ser una de las regiones más deprimidas y olvidadas del país. Y como la responsabilidad es sólo nuestra, nos lo tendremos bien merecido.

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